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lunes, 8 de mayo de 2017

MAYO, MES DE MARÍA - DÍA 8: CONFIANZA


REFLEXIONES PARA CADA DÍA DEL MES DE MARÍA



Se trata de que hagas oración cada día. Todos los días puedes empezar el rato de oración con la "oración inicial para cada día"; después leyendo con atención el "texto de cada día", a continuación hablas con Dios y con María; por último, terminas rezando la "oración final".

1. PROHIBIDO CORRER: Es corto; no tengas prisa en acabar. No es leer y ya está. Dale tiempo a que Ella te hable.

2 LO QUE NO ESTÁ ESCRITO ¿Sabes qué es lo mejor de este texto? Lo que no está escrito y tú le digas; la conversación que tú, personalmente, tengas con María.



ORACIÓN INICIAL PARA CADA DÍA

Santa María, ¡Madre de Dios y Madre mía! Eres más madre que todas las madres juntas: cuídame como Tú sabes. Grábame, por favor, estas tres cosas que dijiste:

"NO TIENEN VINO": presenta siempre a tu Hijo mis necesidades y las de todos tus hijos.

"HACED LO QUE ÉL OS DIGA": dame luz para saber lo que Jesús me dice, y amor grande para hacerlo fielmente.

"HE AQUÍ LA ESCLAVA DEL SEÑOR": que yo no tenga otra respuesta ante todo lo que Él me insinúe.




Día 8: Confianza

Alexia es una niña que murió con 16 años de un cáncer. Simpática, con muchas amigas, alegre. La amistad con Jesús y con María le ayudó a llevar con alegría su enfermedad.

Escribía una carta a sus amigas del colegio:

"La operación duró diecisiete horas, me pusieron una escayola que me cogía medio cuerpo y en donde se sujetaban dos hierros que, a su vez, mantenían mi cabeza firme mediante una corona, también de hierro, con cuatro clavos sujetos a los huesos de la cabeza.

Estuve un día y medio en la UCI con tubos para poder respirar, que más bien parecía que eran para ahogarme. Lo pasé mal, pero las enfermeras eran tan cariñosas y tan preocupadas, que lo hicieron más fácil"

El aspecto que ofrecía después de la operación, con la escayola y la corona de hierros (ya había perdido su pelo rubio, por los tratamientos de radioterapia) era tal, que algunos de los pequeños que también estaban internados y con los que jugaba, la miraban con cierto recelo. Ella comentaba con sentido del humor: "No me extraña, me parezco a Frankestein".

Su estancia en la Clínica de Navarra se prolongó por varios meses y si bien el dolor moral estaba atenuado por el cariño de sus padres y la buena atención de doctores y enfermeras, el dolor físico continúa siendo muy fuerte. A esto se añaden las complicaciones, no producidas exactamente por el curso de la enfermedad, sino ajenas a ella: roces en la escayola, el que se le abriesen las heridas a causa del calor y la inmovilidad, llagas en la boca e innumerables dolores. Y aunque Alexia no suele quejarse, a veces no puede más.

Un día dirigiéndose a Jesús en un momento de dolor agudo le decía: "Jesús, ¿por qué no me ayudas? Por favor, quítame este dolor de cabeza sólo un rato, aunque no sea más que un rato. ¡De verdad, que no puedo más! ¿Por qué me haces esto? ¡Yo te he querido de pequeña y te he rezado siempre,... ¿Por qué no me ayudas? Pido cosas para los demás y me las concedes, pero si son para mí no me haces caso. Eso es porque no me quieres. Si me quisieras, me ayudarías. ¡No me quieres, Jesús, no me quieres! Pues ¿sabes lo que te digo? Yo tampoco te voy a querer a ti"

Su madre que la estaba oyendo, dejó que durante un rato se desahogase, como Job, de sus sufrimientos, pero después la interrumpió:

"Bueno, Alexia, ya está bien. Eso no se dice"

Entonces ella, rápida, cambiando el tono de voz hasta entonces quejumbroso, dijo con gran firmeza: "Mamá, Jesús sabe que no se lo digo en serio."

Madre mía, ¿tengo yo la misma confianza con Jesús? ¿Le hablo de mis cosas, como hacía Alexia, que le hablaba de su enfermedad? Enséñame María, a hacer oración.


Continúa ahora hablándole con tus palabras sobre lo que has leído Continúa ahora hablándole con tus palabras sobre lo que has leído







ORACIÓN FINAL PARA CADA DÍA

¡OH SEÑORA MÍA, Oh Madre mía! Yo me ofrezco enteramente a ti; y en prueba de mi amor de hijo te consagro en este día mis ojos, mis oídos, mi lengua, mi corazón; en una palabra, todo mi ser. Ya que soy todo tuyo, Madre buena, guárdame y defiéndeme como cosa y posesión tuya. Amén

domingo, 7 de mayo de 2017

MAYO, MES DE MARÍA - DÍA 7 - EL ÁNGELUS


REFLEXIONES PARA CADA DÍA DEL MES DE MARÍA



Se trata de que hagas oración cada día. Todos los días puedes empezar el rato de oración con la "oración inicial para cada día"; después leyendo con atención el "texto de cada día", a continuación hablas con Dios y con María; por último, terminas rezando la "oración final".

1. PROHIBIDO CORRER: Es corto; no tengas prisa en acabar. No es leer y ya está. Dale tiempo a que Ella te hable.

2 LO QUE NO ESTÁ ESCRITO ¿Sabes qué es lo mejor de este texto? Lo que no está escrito y tú le digas; la conversación que tú, personalmente, tengas con María.



ORACIÓN INICIAL PARA CADA DÍA

Santa María, ¡Madre de Dios y Madre mía! Eres más madre que todas las madres juntas: cuídame como Tú sabes. Grábame, por favor, estas tres cosas que dijiste:

"NO TIENEN VINO": presenta siempre a tu Hijo mis necesidades y las de todos tus hijos.

"HACED LO QUE ÉL OS DIGA": dame luz para saber lo que Jesús me dice, y amor grande para hacerlo fielmente.

"HE AQUÍ LA ESCLAVA DEL SEÑOR": que yo no tenga otra respuesta ante todo lo que Él me insinúe.



Día 7: El "Ángelus"


El rezo del Ángelus es muy antiguo; data del tiempo de Las Cruzadas, en los siglos XI y XII, en que los cristianos que marchaban a reconquistar la Tierra Santa se encomendaban a la Santísima Virgen rezando tres Avemarías por la mañana, al mediodía y al atardecer.

Más tarde, se introdujeron delante de cada Avemaría unas jaculatorias que recuerdan el momento más excelso de la historia, la Encarnación del Hijo de Dios.

Durante el tiempo Pascual (los días que siguen al Domingo de Resurrección) en lugar del Ángelus se reza el "Reina del Cielo", que nos recuerda la alegría de la Santísima Virgen por la Resurrección de su Hijo.

¡Qué gozada, a las doce en punto, en el momento central del día, unirte al Papa y a todos los cristianos, desde donde estés, para recordar a María el momento más grande de su vida! ¡Es un gran detalle con Ella! Ponte la alarma del reloj o algo que te lo recuerde, y dale esa alegría.

¡Madre mía, hasta las doce de todos los días!

Ahora puedes seguir hablando a María con tus palabras, comentándole algo de lo que has leído. Después termina con la oración final.








ORACIÓN FINAL PARA CADA DÍA

¡OH SEÑORA MÍA, Oh Madre mía! Yo me ofrezco enteramente a ti; y en prueba de mi amor de hijo te consagro en este día mis ojos, mis oídos, mi lengua, mi corazón; en una palabra, todo mi ser. Ya que soy todo tuyo, Madre buena, guárdame y defiéndeme como cosa y posesión tuya. Amén

MAYO, MES DE MARÍA - DÍA 6: NADA PODRÁ DESTRUIRLO


REFLEXIONES PARA CADA DÍA DEL MES DE MARÍA



Se trata de que hagas oración cada día. Todos los días puedes empezar el rato de oración con la "oración inicial para cada día"; después leyendo con atención el "texto de cada día", a continuación hablas con Dios y con María; por último, terminas rezando la "oración final".

1. PROHIBIDO CORRER: Es corto; no tengas prisa en acabar. No es leer y ya está. Dale tiempo a que Ella te hable.

2 LO QUE NO ESTÁ ESCRITO ¿Sabes qué es lo mejor de este texto? Lo que no está escrito y tú le digas; la conversación que tú, personalmente, tengas con María.



ORACIÓN INICIAL PARA CADA DÍA

Santa María, ¡Madre de Dios y Madre mía! Eres más madre que todas las madres juntas: cuídame como Tú sabes. Grábame, por favor, estas tres cosas que dijiste:

"NO TIENEN VINO": presenta siempre a tu Hijo mis necesidades y las de todos tus hijos.

"HACED LO QUE ÉL OS DIGA": dame luz para saber lo que Jesús me dice, y amor grande para hacerlo fielmente.

"HE AQUÍ LA ESCLAVA DEL SEÑOR": que yo no tenga otra respuesta ante todo lo que Él me insinúe.



Día 6: Nada podrá destruirlo


Un hecho extraordinario se produjo, en México, durante la mañana del 14 de diciembre de 1921, cuando la Basílica de Guadalupe se encontraba vacía de feligreses.

Luciano Pérez, un gigantesco obrero de la construcción, entró en la iglesia llevando un ramo de flores muy grande, proporcionado a su enorme tamaño. De haberse encontrado en aquellos momentos algún observador en la basílica, quizá se hubiera sorprendido de que Luciano Pérez llevara el ramo con las dos manos y los músculos contraídos, dada la extraordinaria fuerza física que se le atribuía; tanta fuerza tenía, se decía, que le permitía arrojar con facilidad un ladrillo hasta el tercer piso de una casa en construcción. En efecto, le pesaba tanto porque el interior del ramo contenía una pesadísima carga de dinamita.

Luciano Pérez, subió las gradas del altar y depositó a los pies de la Virgen de Guadalupe la ofrenda floral. Se marchó y poco después explotó la potentísima carga de dinamita. El mármol de las gradas del altar quedó hecho añicos, los candelabros y objetos de metal se doblaron y retorcieron como si fueran de goma, todos los cristales se rompieron incluidos los de los edificios vecinos, pero el cristal de la Virgen de Guadalupe ni siquiera se agrietó: "Este hecho -concluyen los expertos- no puede ser explicado científicamente".
¿Por qué Dios quiere estos hechos milagrosos? Para decirnos bien claro que la Virgen existe y que el amor de los cristianos hacia Ella nada podrá destruirlo.

Santa María, ya se ve que Dios tiene interés en dejarnos muy claro a los hombres que Él tiene una predilección grande por Ti. Es incapaz de negarte nada: por algo eres su Madre. Confío en Ti más que en nadie.

Ahora puedes seguir hablando amarla con tus palabras, comentándole algo de lo que has leído. Después termina con la oración final.







ORACIÓN FINAL PARA CADA DÍA

¡OH SEÑORA MÍA, Oh Madre mía! Yo me ofrezco enteramente a ti; y en prueba de mi amor de hijo te consagro en este día mis ojos, mis oídos, mi lengua, mi corazón; en una palabra, todo mi ser. Ya que soy todo tuyo, Madre buena, guárdame y defiéndeme como cosa y posesión tuya. Amén

viernes, 5 de mayo de 2017

MAYO, MES DE MARÍA: DÍA 5 - YO LO HE CUMPLIDO!!


REFLEXIONES PARA CADA DÍA DEL MES DE MARÍA



Se trata de que hagas oración cada día. Todos los días puedes empezar el rato de oración con la "oración inicial para cada día"; después leyendo con atención el "texto de cada día", a continuación hablas con Dios y con María; por último, terminas rezando la "oración final".

1. PROHIBIDO CORRER: Es corto; no tengas prisa en acabar. No es leer y ya está. Dale tiempo a que Ella te hable.

2 LO QUE NO ESTÁ ESCRITO ¿Sabes qué es lo mejor de este texto? Lo que no está escrito y tú le digas; la conversación que tú, personalmente, tengas con María.



ORACIÓN INICIAL PARA CADA DÍA

Santa María, ¡Madre de Dios y Madre mía! Eres más madre que todas las madres juntas: cuídame como Tú sabes. Grábame, por favor, estas tres cosas que dijiste:

"NO TIENEN VINO": presenta siempre a tu Hijo mis necesidades y las de todos tus hijos.

"HACED LO QUE ÉL OS DIGA": dame luz para saber lo que Jesús me dice, y amor grande para hacerlo fielmente.

"HE AQUÍ LA ESCLAVA DEL SEÑOR": que yo no tenga otra respuesta ante todo lo que Él me insinúe.




Día 5: ¡Yo lo he cumplido!

"Yo sí he visto milagros -escribía un sacerdote, Urteaga-. Fíate de mí. Hazme caso. Reza a la Virgen". Y cuenta uno de los milagros que ha visto.

"Me encontraba en Madrid. Acababa de ordenarme sacerdote. Tenía 26 años. Era un atardecer a la hora de terminar el trabajo.

- Te llaman por teléfono -me dijeron.

Una voz masculina, un tanto nerviosa , explicaba la razón de la llamada:

- Mire, tengo un amigo que se encuentra muy mal, puede morir en cualquier instante. Me pide que le llame a usted porque quiere confesarse. (...) No, no le conoce, pero quiere que sea usted. (Nunca he entendido por qué.) ¿Puede venir a esta casa?

- Salgo para allá en este momento.

- (Me interrumpió) Mire, el asunto no es tan fácil. Me explicaré. El piso está lleno de familiares y amigos que no dejarán que un sacerdote católico entre en esta casa; pero yo me encargo de facilitar su entrada.

- Pues allá voy, amigo. Dentro de un cuarto de hora estoy ahí: lo que tarde el autobús.

El piso era muy grande, lo estoy viendo ahora que describo la situación. La puerta entreabierta, un pasillo largo. Entro decidido después de encomendarme a la Virgen para que facilitase el encuentro. Rumores de voces en las habitaciones contiguas; algunas personas que me miran con gesto de asombro. Con un breve saludo me dirijo a la habitación que estimo puede ser la del enfermo. Efectivamente lo es.

- ¿Le han dejado entrar?

- He visto caras de susto y gestos feos; pero ha podido más la Virgen nuestra Señora.

- Gracias. No tengo mucho tiempo (el enfermo jadeaba). Quiero confesarme.

- (Cogí mi crucifijo, lo besé.). Comienza, Dios te escucha...

Yo muy emocionado. El hombre (era un personaje importante), también. Apliqué mis oídos a sus labios porque apenas se le oía. La confesión... larga, muy larga.

- ...Y yo te absuelvo de tus pecados en el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo.


Al terminar -pocos minutos le quedaban de vida- quiso explicarme "su" milagro. Lo hizo fatigosamente. Se lo agradecí con toda el alma.

- He estado cuarenta años ausente de la Iglesia. Y usted se preguntará por qué he llamado a un sacerdote.

Él lo decía todo. Yo callaba.

- Mi madre, al morir, nos reunió a los hermanos... Mirad. No os dejo nada. Nada tengo. Pero cumplid este testamento que os doy: Rezad todas las noches tres avemarías. Y yo (¡cómo lloraba el pobre!), yo lo he cumplido, ¿sabe?, lo he cumplido.

Se moría mientras cantaba. A mí me pareció todo aquello un cántico: "Yo lo he cumplido, yo lo he cumplido".

Por cansado que esté, Santa María, por burradas que haya hecho, por lejos que me encuentre de Dios, jamás dejaré de rezarte las tres Avemarías, por la noche, de rodillas. Porque si un día o una temporada estoy siendo mal hijo tuyo, no cabe en ninguna cabeza que por esa vayas a ser Tú mala madre. Y, además, cuando peor estoy, más necesito tenerte cerca. Ángel de mi guarda, encárgate tú de recordármelo, gracias.








ORACIÓN FINAL PARA CADA DÍA

¡OH SEÑORA MÍA, Oh Madre mía! Yo me ofrezco enteramente a ti; y en prueba de mi amor de hijo te consagro en este día mis ojos, mis oídos, mi lengua, mi corazón; en una palabra, todo mi ser. Ya que soy todo tuyo, Madre buena, guárdame y defiéndeme como cosa y posesión tuya. Amén

OCHO TIPS PARA VIVIR EL MES DE MARÍA


8 tips para vivir el mes de María



 (ACI).- “Gran cosa es lo que agrada a Nuestro Señor cualquier servicio que se haga a su Madre”, decía Santa Teresa de Jesús. Por ello en mayo, mes de María, aquí algunos consejos que podrán ayudarte a vivir más intensamente estos días marianos.

1. Ambientar un lugar

Lo primero es ambientar la casa, la oficina o el lugar donde uno se encuentre. Hay hogares o centros de trabajo católicos que suelen armar un altar, en un lugar especial, con una estatua o cuadro de la Virgen, adornado de flores y telas.

En la oficina se puede poner una estampa al lado del teclado o una imagen de nuestra Señora como fondo de pantalla de la computadora y también del celular.

2. Lectura sobre la Virgen

Para profundizar más en las maravillas que Dios ha obrado y sigue obrando en la Virgen, es recomendable leer algunos pasajes bíblicos como la Anunciación, el Nacimiento de Jesús, la presentación del niño en el templo, y María al pie de la cruz.

Por otra parte, un hecho que también contiene muchos mensajes para el mundo y de labios de la propia Madre de Dios es la aparición de la Virgen de Fátima, a los tres pastorcitos, cuya fiesta es el próximo 13 de mayo, en la que habrán celebraciones especiales por el centenario de las apariciones.

3. Rezo del Rosario

Como se sabe, el rezo del Santo Rosario es una de las oraciones predilectas de la Iglesia que la misma Santísima Virgen le enseñó a rezar a Santo Domingo de Guzmán.

Dentro de las promesas de la Reina del Rosario tomadas de los escritos del Beato Alano de la Rupe están: prometo mi especialísima protección y grandes beneficios a los que devotamente recen mi Rosario; el alma que se me encomiende por el Rosario no perecerá.

4. Participar de procesiones

Una costumbre que aún se vive en algunos pueblos es el rezo de la aurora, en el que un grupo de fieles sale en procesión por las calles a tempranas horas con una imagen de la Virgen e invocando el auxilio de María con el Rosario, oraciones marianas y cantos.

5. Recibir los sacramentos

Asimismo, no puede haber verdadera devoción a la Virgen si no se participa de los sacramentos, especialmente de la Reconciliación y la Eucaristía donde Jesús espera a sus hermanos con los brazos abiertos.

6. Hacer obras de Misericordia

Convencidos del amor de María por la humanidad y fortalecidos con las gracias sacramentales de nuestro Señor Jesucristo, es tiempo de salir a la acción ayudando por ejemplo a alguna madre embarazada en necesidad o visitando el asilo de ancianos, en el que siempre hay alguna mujer mayor que se siente sola e incomprendida.

7. Apostolado

Es importante transmitir esta fe a las futuras generaciones y hace bastante bien a los niños, adolescentes y jóvenes el hablarles de lo mucho que la Virgen los ama como mamá y enseñarles a rezar a la Madre de Dios.

8. Regalar objetos bendecidos

También se recomienda regalar alguna medalla de la Medalla Milagrosa o el Escapulario de la Virgen del Carmen, bendecidos por algún sacerdote, para que siempre que vean la imagen se acuerden de la cercanía de la Madre de Dios y de lo mucho que los estimaba quien la regaló.

jueves, 4 de mayo de 2017

MAYO, MES DE MARÍA: DÍA 4 - NO ESTÁ COMPLETA


REFLEXIONES PARA CADA DÍA DEL MES DE MARÍA



Se trata de que hagas oración cada día. Todos los días puedes empezar el rato de oración con la "oración inicial para cada día"; después leyendo con atención el "texto de cada día", a continuación hablas con Dios y con María; por último, terminas rezando la "oración final".

1. PROHIBIDO CORRER: Es corto; no tengas prisa en acabar. No es leer y ya está. Dale tiempo a que Ella te hable.

2 LO QUE NO ESTÁ ESCRITO ¿Sabes qué es lo mejor de este texto? Lo que no está escrito y tú le digas; la conversación que tú, personalmente, tengas con María.



ORACIÓN INICIAL PARA CADA DÍA

Santa María, ¡Madre de Dios y Madre mía! Eres más madre que todas las madres juntas: cuídame como Tú sabes. Grábame, por favor, estas tres cosas que dijiste:

"NO TIENEN VINO": presenta siempre a tu Hijo mis necesidades y las de todos tus hijos.

"HACED LO QUE ÉL OS DIGA": dame luz para saber lo que Jesús me dice, y amor grande para hacerlo fielmente.

"HE AQUÍ LA ESCLAVA DEL SEÑOR": que yo no tenga otra respuesta ante todo lo que Él me insinúe.




Día 4: No está completa


La plaza de San Pedro, en Roma, durante siglos no ha tenido una imagen de la Virgen. Un amigo mío, universitario, en mayo de 1980, al ver tantas estatuas e imágenes en la plaza comentó: "¡Falta la Virgen!; si tengo oportunidad, se lo digo al Papa". A los pocos días, en una audiencia de Juan Pablo II con universitarios, el Papa iba saludando por el pasillo central del aula a los más cercanos. Cuando pasó cerca de este amigo, le dijo: "Santo Padre: en la plaza de San Pedro no está la Virgen, no está la Madonna ... ". Juan Pablo II lo pensó un momento y le contestó en castellano: "La Plaza no está completa ... Habrá que terminarla, habrá que terminarla ... ".

Al año siguiente, en 1981, el Papa inauguraba un mosaico grande dedicado a María, Madre de la Iglesia, que se encuentra en una fachada, sobre la plaza. "Me alegra inaugurar este testimonio de nuestro amor ( ... ), que todos los que vengan a esta plaza de San Pedro eleven la mirada a nuestra Señora, para dirigirle ( ... ) un saludo personal".

Si en tu habitación no tienes una imagen de la Virgen, tu habitación está incompleta. Si en la sala de estar de tu casa no tienes una imagen de la Virgen, está incompleta. ¡Ponla! Y ojalá te acostumbres a mirarla, a saludarle, cuando entres y salgas. Te ayudará a recordar que Ella te acompaña.

Madre mía, te quiero. Quiero quererte más; quiero acordarme más veces de ti. ¡Qué me sirvan tus imágenes!

Continúa ahora hablándole un rato.







ORACIÓN FINAL PARA CADA DÍA

¡OH SEÑORA MÍA, Oh Madre mía! Yo me ofrezco enteramente a ti; y en prueba de mi amor de hijo te consagro en este día mis ojos, mis oídos, mi lengua, mi corazón; en una palabra, todo mi ser. Ya que soy todo tuyo, Madre buena, guárdame y defiéndeme como cosa y posesión tuya. Amén

miércoles, 3 de mayo de 2017

MAYO, MES DE MARÍA, DÍA 3, CÓMO LE GUSTA


REFLEXIONES PARA CADA DÍA DEL MES DE MARÍA



Se trata de que hagas oración cada día. Todos los días puedes empezar el rato de oración con la "oración inicial para cada día"; después leyendo con atención el "texto de cada día", a continuación hablas con Dios y con María; por último, terminas rezando la "oración final".

1. PROHIBIDO CORRER: Es corto; no tengas prisa en acabar. No es leer y ya está. Dale tiempo a que Ella te hable.

2 LO QUE NO ESTÁ ESCRITO ¿Sabes qué es lo mejor de este texto? Lo que no está escrito y tú le digas; la conversación que tú, personalmente, tengas con María.



ORACIÓN INICIAL PARA CADA DÍA

Santa María, ¡Madre de Dios y Madre mía! Eres más madre que todas las madres juntas: cuídame como Tú sabes. Grábame, por favor, estas tres cosas que dijiste:

"NO TIENEN VINO": presenta siempre a tu Hijo mis necesidades y las de todos tus hijos.

"HACED LO QUE ÉL OS DIGA": dame luz para saber lo que Jesús me dice, y amor grande para hacerlo fielmente.

"HE AQUÍ LA ESCLAVA DEL SEÑOR": que yo no tenga otra respuesta ante todo lo que Él me insinúe.



Día 3: ¡Cómo le gusta!

En el año 1917 la Virgen de Fátima se apareció a tres pastorcitos, que estaban en una cueva, mientras su rebaño pastaba. Lucía, una de las pastoras, cuenta:

"La aparición no se realizó el día 13 de agosto en Cova de Iría porque el Administrador del Ayuntamiento apresó y llevó a Vila Nova de Ourem a los pastorcitos con la intención de obligarlas a revelar el secreto que les había dicho la Virgen que sólo podrían desvelar al Papa. Los tuvo presos en la Administración y en el calabozo municipal.

Les ofreció los más valiosos regalos si descubrían el secreto. Los pequeños videntes respondieron:

- No lo decimos ni aunque nos den el mundo entero.

Los encerró en el calabozo. Los otros presos que estaban en el calabozo les aconsejaron:

- Pero decid al administrador ese secreto ¿qué os importa que esa Señora no quiera?

- ¡Eso no -respondió Jacinta-, prefiero morir antes que no hacer lo que nos ha dicho la Virgen!

Y los tres niños rezaron con los otros presos el rosario, delante de una medalla de Jacinta colgada de la pared.

El administrador, para atemorizarlos, mandó preparar una caldera de aceite hirviendo, en la cual amenazó asar a los pastorcitos si no hacían lo que les mandaba. Ellos, aunque pensaban que la cosa iba en serio, permanecieron firmes sin revelar nada".

Ni siquiera en esas circunstancias dejan de rezar el rosario porque la Virgen se lo ha pedido, y saben que le gusta. Ojalá tú tampoco dejes de dar ese gusto a tu Madre: dile que todos los días de este mes tratarás de regalarte el rezar, al menos, un misterio del Rosario (un Padrenuestro, diez Avemarías y un Gloria). Es muy fácil... y ¡cómo le gusta!

Ahora, si te parece, puedes comentar con María este propósito. Después termina con la oración final.







ORACIÓN FINAL PARA CADA DÍA

¡OH SEÑORA MÍA, Oh Madre mía! Yo me ofrezco enteramente a ti; y en prueba de mi amor de hijo te consagro en este día mis ojos, mis oídos, mi lengua, mi corazón; en una palabra, todo mi ser. Ya que soy todo tuyo, Madre buena, guárdame y defiéndeme como cosa y posesión tuya. Amén

martes, 2 de mayo de 2017

MAYO, MES DE MARÍA: DÍA 2 - UN GRAN SUSTO


REFLEXIONES PARA CADA DÍA DEL MES DE MARÍA



Se trata de que hagas oración cada día. Todos los días puedes empezar el rato de oración con la "oración inicial para cada día"; después leyendo con atención el "texto de cada día", a continuación hablas con Dios y con María; por último, terminas rezando la "oración final".

1. PROHIBIDO CORRER: Es corto; no tengas prisa en acabar. No es leer y ya está. Dale tiempo a que Ella te hable.

2 LO QUE NO ESTÁ ESCRITO ¿Sabes qué es lo mejor de este texto? Lo que no está escrito y tú le digas; la conversación que tú, personalmente, tengas con María.



ORACIÓN INICIAL PARA CADA DÍA

Santa María, ¡Madre de Dios y Madre mía! Eres más madre que todas las madres juntas: cuídame como Tú sabes. Grábame, por favor, estas tres cosas que dijiste:

"NO TIENEN VINO": presenta siempre a tu Hijo mis necesidades y las de todos tus hijos.

"HACED LO QUE ÉL OS DIGA": dame luz para saber lo que Jesús me dice, y amor grande para hacerlo fielmente.

"HE AQUÍ LA ESCLAVA DEL SEÑOR": que yo no tenga otra respuesta ante todo lo que Él me insinúe.




Día 2: Un gran susto


Un chaval, mientras está dándose un chapuzón en la playa de Pientzia, es arrastrado por una corriente de remolino; en cuanto se ve en peligro, grita: ¡mamá, mamá! Agita los brazos como puede, pidiendo auxilio desesperadamente. Con dificultad, de vez en cuando, logra sacar la cabeza y puede ver en la orilla a su madre, que pacíficamente broncea su piel en una hamaca. Su única esperanza es que su madre le oiga y haga lo que sea por rescatarle. Vocea más y más; por fin, su madre oye los gritos que la llaman. Se incorpora y ve las circunstancias de su hijo, y se vuelve a tumbar mientras piensa: ¡con lo fría que está el agua, yo no me meto ni loca! ¡Otra vez -si es que sale de ésta- que no se meta tan adentro!

¡Increíble!, pensará quien lea este suceso; ¡no puede ser verdad! ¡Eso no es una madre, es un monstruo! Es tan increíble, efectivamente, que no es verdad. Pero si no es posible que una madre se porte así, menos posible es que grites interiormente a María: ¡Madre mía, ayúdame!, y que Ella pase de ti.

    Madre mía, perdona todas las veces que te he tratado con desconfianza, o como si no me escuchases; o, lo que es lo mismo, como si pasases de mí, como si no fueses realmente mi madre. Sé que basta con que te diga una sola vez ¡Madre mía! para que no pares hasta conseguirme lo que necesito. Y si no me lo consigues es que claramente, de momento, no me conviene.

Ahora es el momento importante en el que tú hablas a Santa María con tus palabras, comentándole algo de lo que has leído. Cuando lo hayas hecho, termina con la oración final.





ORACIÓN FINAL PARA CADA DÍA

¡OH SEÑORA MÍA, Oh Madre mía! Yo me ofrezco enteramente a ti; y en prueba de mi amor de hijo te consagro en este día mis ojos, mis oídos, mi lengua, mi corazón; en una palabra, todo mi ser. Ya que soy todo tuyo, Madre buena, guárdame y defiéndeme como cosa y posesión tuya. Amén

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