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domingo, 12 de junio de 2022

PAPA FRANCISCO: SANTÍSIMA TRINIDAD NOS ENSEÑA QUE NO SE PUEDE ESTAR NUNCA SIN EL OTRO



Papa Francisco: Santísima Trinidad nos enseña que no se puede estar nunca sin el otro

POR MERCEDES DE LA TORRE | ACI Prensa

 Foto: Vatican Media


El Papa Francisco indicó este domingo 12 de junio, Solemnidad de la Santísima Trinidad, que “la Trinidad nos enseña que no se puede estar nunca sin el otro” por lo que invitó a “testimoniar en la vida el misterio de Dios-Amor”.

“La Trinidad nos enseña que no se puede estar nunca sin el otro. No somos islas, estamos en el mundo para vivir a imagen de Dios: abiertos, necesitados de los demás y necesitados de ayudar a los demás”, señaló el Papa antes del rezo del Ángelus ante numerosos fieles reunidos en la Plaza de San Pedro del Vaticano.

Por ello, el Santo Padre invitó a cuestionarnos: “¿Soy un reflejo de la Trinidad en la vida de todos los días? ¿Se queda la señal de la cruz que hago cada día en un mero gesto ocioso o inspira mi manera de hablar, conocer, responder, juzgar, perdonar?”.

En esta línea, el Papa indicó que “celebrar la Santísima Trinidad no es solo un ejercicio teológico, sino una revolución de nuestra manera de vivir” porque “Dios, en quién cada Persona vive para la otra, en continua relación, no para sí misma, nos estimula a vivir con los demás y para los demás”.

Al comentar el pasaje del Evangelio de San Juan que describe a las tres Personas de la Santísima Trinidad, el Pontífice subrayó que “el Espíritu habla, pero no de sí mismo: anuncia a Jesús y revela al Padre. Y vemos que el Padre, que posee todo porque es el origen de todo, le da al Hijo todo lo que posee, no se queda con nada para sí mismo y se dona enteramente al Hijo”.

De este modo, el Santo Padre alentó a pensar “en las cosas de las que hablamos y a lo que poseemos” ya que “cuando hablamos, queremos siempre que se hable bien de nosotros y a menudo hablamos de nosotros y de lo que hacemos”.

“¡Qué diferencia respecto al Espíritu Santo, que habla anunciando a los otros! Y, sobre lo que poseemos, ¡qué celosos somos y cuánto nos cuesta compartirlo con los demás, incluso con los que carecen de lo necesario! De palabra es fácil, pero luego en la práctica es muy difícil”, dijo el Papa.

En este sentido, el Papa animó a interrogarnos “si nuestra vida refleja el Dios en el que creemos: yo, que profeso la fe en Dios Padre e Hijo y Espíritu Santo, ¿creo verdaderamente que para vivir necesito a los demás, necesito entregarme a los demás, necesito servir a los demás? ¿Lo afirmo de palabra o con la vida?”.

“Dios trino y uno, queridos hermanos y hermanas, hay que mostrarlo así, con los hechos antes que con las palabras. Dios, que es el autor de la vida, se transmite menos a través de los libros y más a través del testimonio de vida”, advirtió.

Finalmente, el Santo Padre rezó para “que la Virgen, hija del Padre, madre del Hijo y esposa del Espíritu, nos ayude a acoger y testimoniar en la vida el misterio de Dios-Amor”.  

IMÁGENES Y GIFS DE LA SANTÍSIMA TRINIDAD

 
























 

domingo, 30 de mayo de 2021

PAPA FRANCISCO ALIENTA A BUSCAR EL AMOR Y LA UNIDAD IMITANDO A LA SANTÍSIMA TRINIDAD

 



 Papa Francisco alienta a buscar el amor y la unidad imitando a la Santísima Trinidad

POR MERCEDES DE LA TORRE | ACI Prensa

 Foto: Vatican Media



El Papa Francisco invitó a buscar el amor y la unidad siguiendo el ejemplo de la Santísima Trinidad porque “la unidad es esencial al cristiano” y es necesario “testimoniar la concordia entre nosotros”. Así lo dijo el Santo Padre antes del rezo del Ángelus este domingo 30 de mayo, Solemnidad de la Santísima Trinidad.

Al explicar el misterio de la Santísima Trinidad, el Pontífice reconoció que “no es fácil de entender, pero se puede vivir este misterio en todos nosotros, se puede vivir mucho”.

“En esta fiesta celebramos a Dios, el misterio de un único Dios. Y este Dios es el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, tres personas, pero Dios es uno. Pero el Padre es Dios, el Hijo es Dios, el Espíritu es Dios, pero no son tres dioses, es un solo Dios y tres personas”, advirtió el Papa.

En esta línea, el Santo Padre recordó que el misterio de la Santísima Trinidad nos fue “revelado por Jesucristo” por lo “hoy nos detenemos para celebrar este misterio porque las personas no son adjetivos de Dios, no, son personas, reales, diversas, diferentes”.

“No son como decía aquel filósofo de Dios ‘emanación de Dios’ no, son personas: está el Padre, a quien yo rezo con el Padre Nuestro; está el Hijo que me ha dado la Redención, la justificación; está el Espíritu Santo que vive en nosotros y da vida a la Iglesia”, añadió.


Dios es amor

Por ello, el Papa indicó que “esto habla a nuestro corazón” y recordó la frase de San Juan “que resume toda la Revelación: Dios es amor”.

“El Padre es amor, el Hijo es amor, el Espíritu Santo es amor. En cuanto amor, Dios, aunque es uno y único, no es soledad sino comunión, entre el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo porque el amor, en efecto, es esencialmente don de sí mismo, y en su realidad originaria e infinita es Padre que se da generando al Hijo, que a su vez se da al Padre, y su amor mutuo es el Espíritu Santo, vínculo de su unidad”, explicó el Papa.

En este sentido, el Santo Padre destacó que Jesús “nos hizo conocer el rostro de Dios como Padre misericordioso; se presentó a sí mismo, verdadero hombre, como Hijo de Dios, y Palabra del Padre que da su vida por nosotros y habló del Espíritu Santo que procede del Padre y del Hijo, Espíritu de la Verdad, Espíritu Paráclito, es decir, nuestro Consolador y Abogado”.

Además, el Papa señaló que “cuando Jesús se apareció a los apóstoles después de la Resurrección, los invitó a evangelizar a todas las personas, bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo”.

“La fiesta de hoy, pues, nos hace contemplar este maravilloso misterio de amor y luz del que procedemos y hacia el cual se orienta nuestro camino terrenal”, afirmó.


No se puede prescindir de la unidad

Por último, el Santo Padre subrayó que “en el anuncio del Evangelio y en toda forma de misión cristiana, no se puede prescindir de esta unidad, a la cual llama Jesús, entre nosotros, siguendo la unidad del Padre, del Hijo, del Espíritu Santo. No se puede prescindir de esta unidad”.

“La belleza del Evangelio requiere ser vivida y testimoniada en la concordia entre nosotros, que somos tan diferentes. Y esta unidad, me atrevo a decir, que es esencial al cristiano".

"No es una actitud, un modo de decir, no, es esencial, porque es la unidad que nace del amor, de la misericordia de Dios, de la justificación de Jesucristo y de la presencia del Espíritu Santo en nuestros corazones”, confió el Papa.

Por ello, el Santo Padre alentó a rezar a María Santísima que “en su sencillez y humildad, refleja la Belleza de Dios Uno y Trino, porque recibió plenamente a Jesús en su vida”.

“Que ella sostenga nuestra fe; que nos haga adoradores de Dios y servidores de nuestros hermanos”, invitó el Papa.

¿QUÉ ES LA SANTÍSIMA TRINIDAD?

 


 Oración a la Santísima Trinidad

La Santísima Trinidad es el misterio de un sólo Dios en tres personas. El hombre debe inclinarse con respeto ante ese misterio sublime y creerlo sin procurar profundizarlo, porque se halla por encima de la luz de su razón.

La Santísima Trinidad es el misterio fundamental de nuestra religión. En su nombre hemos sido bautizados. La señal de la cruz nos la recuerda, y el sacerdote, en el altar, la invoca para terminar todas sus oraciones. En su nombre somos absueltos en el tribunal de la penitencia, y en su nombre, se renueva todos los días, en nuestros altares, el sacrificio del Calvario.

La Santísima Trinidad es, además, prenda de nuestra felicidad eterna: Dios mismo será nuestra recompensa si hemos guardado su ley.

Santo, Santo, Santo, es el Señor, Dios de los ejércitos. Llenos están los cielos y la tierra de su gloria.

Os adoro, Dios tres veces santo, Padre, que nos habéis creado, Hijo que nos habéis, redimido con vuestra sanare, Espíritu Santo, que nos santificáis con las gracias que nos concedéis todos los días. Haced que guarde en mi alma vuestra semejanza o imagen, a fin de que, un día, me reconozcáis y reine con vos en la eternidad.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Así sea.


Texto de una estampa religiosa de finales del siglo XIX

domingo, 7 de junio de 2020

LA PRESENCIA DE LA SANTÍSIMA TRINIDAD EN LA SANTA MISA


La presencia de la Santísima Trinidad en la Santa Misa
La Eucaristía es el lugar privilegiado de presencia de la Santísima Trinidad.


Por: P. Samuel Bonilla | Fuente: PadreSam.com




El misterio de la Santísima Trinidad está más presente de lo que nos imaginamos, en cada una de nuestras oraciones, ahí estamos invocando al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo. Y un lugar privilegiado de la presencia de la Santísima Trinidad es en la santa Eucaristía. Hoy te quiero resaltar 4 momentos particulares.

Invocación inicial
Toda Santa Misa no podemos iniciarla si no es invocando a la Santísima Trinidad, de hecho el sacerdote la inicia diciendo “en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu”. Es decir que la Eucaristía ya desde el inicio está presente la Santísima Trinidad.

Epíclesis consecratoria 
Epíclesis significa literalmente invocación sobre. En el vocabulario litúrgico, la epíclesis, que acontece una vez finalizado el canto del Sanctus, es la invocación del Espíritu Santo, sobre las ofrendas, “de manera que sean para nosotros el cuerpo y la sangre de Jesucristo, nuestro Señor” (plegaria eucarística II), es decir que en ese momento se pide al Padre que envíe su Espíritu Santo para que convierta el pan y vino en el Cuerpo y Sangre de Jesús. Para que nos entendamos, esto sucede cuando el sacerdote impone ambas manos sobre las ofrendas. Ahí es un lugar privilegiado en donde está presente la Santísima Trinidad.

Doxología final 
La palabra “doxología” viene del griego “doxa”, que significa “gloria”. Doxología, por tanto, significa glorificación. Esta sucede en el momento en el que el sacerdote toma el Cuerpo y Sangre de Jesús (ya no son “pan y vino”), y lo presenta a Dios, diciendo: “Por Cristo, con Él y en Él, a ti Dios Padre Omnipotente, en la Unidad del Espíritu Santo, todo honor y toda gloria por los siglos de los siglos”, y el pueblo responde “Amén”. Si vemos, ahí está presente la Trinidad: al Padre se ofrece, lo que se ofrece es el Hijo por medio del Espíritu Santo.

Bendición final
Así como la Eucaristía inicia invocando a la Santísima Trinidad, también esta concluye con la invocación a la Santísima Trinidad. En la bendición final se bendice al pueblo diciendo “y la bendición de Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo descienda sobre ustedes y les acompañe siempre”. Acá le estamos pidiendo a la Santísima Trinidad que acompañe y bendiga a cada uno de los presentes.


Como vemos, la Eucaristía es el lugar privilegiado de presencia de la Santísima Trinidad. Es oportuno que sepamos descubrir su presencia, y que los momentos antes mencionados los vivamos aún con más reverencia, sabiendo que estamos invocando al misterio más grande y más sublime, el de la Santísima Trinidad.

LECTURAS BÍBLICAS DE HOY DOMINGO 7 DE JUNIO DE 2020 - SANTÍSIMA TRINIDAD

Lecturas de hoy Santísima Trinidad - Ciclo A
Hoy, domingo, 7 de junio de 2020




Primera lectura
Lectura del libro del Éxodo (34,4b-6.8-9):

En aquellos días, Moisés subió de madrugada al monte Sinaí, como le había mandado el Señor, llevando en la mano las dos tablas de piedra. El Señor bajó en la nube y se quedó con él allí, y Moisés pronunció el nombre del Señor.
El Señor pasó ante él, proclamando: «Señor, Señor, Dios compasivo y misericordioso, lento a la ira y rico en clemencia y lealtad.»
Moisés, al momento, se inclinó y se echó por tierra. Y le dijo: «Si he obtenido tu favor, que mi Señor vaya con nosotros, aunque ése es un pueblo de cerviz dura; perdona nuestras culpas y pecados y tómanos como heredad tuya.»

Palabra de Dios


Salmo
Dn 3,52-56

R/. A ti gloria y alabanza por los siglos

Bendito eres, Señor, Dios de nuestros padres,
bendito tu nombre santo y glorioso. R/.

Bendito eres en el templo de tu santa gloria. R/.

Bendito eres sobre el trono de tu reino. R/.

Bendito eres tú, que sentado sobre querubines
sondeas los abismos. R/.

Bendito eres en la bóveda del cielo. R/.


Segunda lectura
Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a los Corintios (13,11-13):

Alegraos, enmendaos, animaos; tened un mismo sentir y vivid en paz. Y el Dios del amor y de la paz estará con vosotros. Saludaos mutuamente con el beso ritual. Os saludan todos los santos. La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios y la comunión del Espíritu Santo esté siempre con todos vosotros.

Palabra de Dios


Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Juan (3,16-18):

Tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo único para que no perezca ninguno de los que creen en él, sino que tengan vida eterna. Porque Dios no mandó su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él. El que cree en él no será juzgado; el que no cree ya está juzgado, porque no ha creído en el nombre del Hijo único de Dios.

Palabra del Señor



Comentario al Evangelio de hoy domingo, 7 de junio de 2020
Fernando Torres cmf


¡Tanto amó Dios al mundo!

      Este domingo de la Trinidad se puede decir que marca el final de las celebraciones más importantes del año litúrgico. Adviento y Navidad traen consigo la primera pascua: el Nacimiento de Jesús. Cuaresma y Semana Santa nos llevan a la segunda pascua: la Resurrección de Jesús. Y los cincuenta días de Pascua nos guían hacia Pentecostés, la tercera pascua, la venida del Espíritu Santo. Se ha culminado así el proceso de la revelación de Dios, que se nos ha manifestado en Jesús. A través de sus palabras, de sus acciones y de su estilo de vida, nos ha revelado al Padre. Y cuando él desaparece de este mundo, nos envía su Espíritu Santo para que siga alentando en nuestros corazones el mismo fuego que nos dejó su presencia. 

      Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo. No es cuestión de entrar en discusiones teológicas. Pero sí de dejar que llegue a nuestro corazón un mensaje claro: Dios es amor. Y no es otra cosa. Padre, Hijo y Espíritu Santo son relación de amor entre ellos. Y en ese amor viven en la más perfecta unidad que imaginarse pueda. Tanto que son un solo Dios. 

      Y lo que es más: ese amor se vuelve hacia nosotros. En Jesús se nos revela el amor del Padre y el Espíritu nos ayuda a reconocerlo con nuestra mente y con nuestro corazón. Hay que volver a leer el texto del evangelio de Juan: “Tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo único”. Es decir, se entregó a sí mismo. Se dio totalmente por nosotros. Sin medida. Sin condiciones. ¿Cómo es posible que haya gente que todavía piense que Dios anda persiguiéndonos para castigarnos, para ponernos dificultades y piedras en el camino, para condenarnos incluso? Hay que repetir muchas veces ese texto: “Tanto amó Dios al mundo...” Y dejar que nos llegue adentro ese cariño inmenso de Dios y darnos cuenta de la incongruencia que supone pensar que Dios pueda estar planificando nuestra condenación o que pueda tener pensada la destrucción de este mundo y de sus hijos. Dios, lo dice también el evangelio de hoy, quiere que “el mundo se salve”. 

      Pero, ¿nos dejaremos salvar? Porque también es verdad lo que dice la primera lectura del libro del Éxodo: que somos un pueblo de cerviz dura, que a veces no somos capaces de aceptar la mano que Dios nos tiende para salvarnos. Hoy es tiempo de volver nuestros ojos a lo alto y reconocer que Dios está ahí, siempre deseoso de echarnos una mano, de ayudarnos, de estar a nuestro lado, de acogernos, de enseñarnos a perdonar (generalmente nos cuesta mucho perdonarnos a nosotros mismos y por eso nos cuesta también aceptar el perdón de Dios). Levantemos los ojos y nos daremos cuenta de que el Dios del amor y de la paz está con nosotros (segunda lectura). Para siempre. ¿No es tiempo de darle las gracias?



Para la reflexión

      ¿Pienso a veces que Dios me está castigando o que no me va a perdonar por algo que hecho? ¿Está de acuerdo eso con lo que hoy nos dice el Evangelio? ¿Soy capaz de perdonarme a mí mismo y a mis hermanos como Dios me perdona? Podría aprovechar un momento de silencio para darle gracias por su amor.

HOY DOMINGO 7 DE JUNIO CELEBRAMOS LA SOLEMNIDAD DE LA SANTÍSIMA TRINIDAD


Hoy celebramos la Solemnidad de la Santísima Trinidad, el misterio del amor de Dios
Redacción ACI Prensa




La Santísima Trinidad, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, tres personas un solo Dios verdadero, es la solemnidad litúrgica que la Iglesia Universal celebra hoy.

El Papa Francisco en 2013 al explicar a unos niños las tres personas de la Santísima Trinidad les dijo que “el Padre crea el mundo, Jesús nos salva ¿y el Espíritu Santo qué hace? Nos ama, nos da el amor”.


El misterio de la Trinidad no se puede entender precisamente porque es un misterio, Santa Juana de Arco afirmaba que “Dios es tan grande que supera nuestra ciencia”, por tanto supera el entendimiento humano.

En una oportunidad San Agustín caminaba por la playa cuando observó a un niño que hacía un hoyo en la arena, y el santo le preguntó qué intentaba hacer, el niño le dijo que pensaba meter toda el agua del mar en ese hoyo.

San Agustín, admirado, le dijo: “pero ¡¿no te das cuenta que es imposible?!”, el niño le contestó que “es más posible meter toda el agua del mar en este agujero que intentar meter el misterio de la Trinidad en tu cabeza”.

El santo irlandés, San Patricio, para explicar este misterio lo comparaba con una hoja de trébol. Decía que cada hoja es diferente, pero las tres forman el trébol, y que lo mismo pasa con Dios donde cada persona es Dios y forman la Santísima Trinidad.



Oración a la Santísima Trinidad


La Santísima Trinidad es el misterio de un sólo Dios en tres personas. El hombre debe inclinarse con respeto ante ese misterio sublime y creerlo sin procurar profundizarlo, porque se halla por encima de la luz de su razón.

La Santísima Trinidad es el misterio fundamental de nuestra religión. En su nombre hemos sido bautizados. La señal de la cruz nos la recuerda, y el sacerdote, en el altar, la invoca para terminar todas sus oraciones. En su nombre somos absueltos en el tribunal de la penitencia, y en su nombre, se renueva todos los días, en nuestros altares, el sacrificio del Calvario.

La Santísima Trinidad es, además, prenda de nuestra felicidad eterna: Dios mismo será nuestra recompensa si hemos guardado su ley.
Santo, Santo, Santo, es el Señor, Dios de los ejércitos. Llenos están los cielos y la tierra de su gloria.

Os adoro, Dios tres veces santo, Padre, que nos habéis creado, Hijo que nos habéis, redimido con vuestra sanare, Espíritu Santo, que nos santificáis con las gracias que nos concedéis todos los días. Haced que guarde en mi alma vuestra semejanza o imagen, a fin de que, un día, me reconozcáis y reine con vos en la eternidad.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Así sea.


Texto de una estampa religiosa de finales del siglo XIX

domingo, 16 de junio de 2019

HOY CELEBRAMOS LA SOLEMNIDAD DE LA SANTÍSIMA TRINIDAD


Hoy celebramos la Solemnidad de la Santísima Trinidad, el misterio del amor de Dios





La Santísima Trinidad, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, tres personas un solo Dios verdadero, es la solemnidad litúrgica que la Iglesia Universal celebra hoy.

El Papa Francisco en 2013 al explicar a unos niños las tres personas de la Santísima Trinidad les dijo que “el Padre crea el mundo, Jesús nos salva ¿y el Espíritu Santo qué hace? Nos ama, nos da el amor”.

El misterio de la Trinidad no se puede entender precisamente porque es un misterio, Santa Juana de Arco afirmaba que “Dios es tan grande que supera nuestra ciencia”, por tanto supera el entendimiento humano.

En una oportunidad San Agustín caminaba por la playa cuando observó a un niño que hacía un hoyo en la arena, y el santo le preguntó qué intentaba hacer, el niño le dijo que pensaba meter toda el agua del mar en ese hoyo.

San Agustín, admirado, le dijo: “pero ¡¿no te das cuenta que es imposible?!”, el niño le contestó que “es más posible meter toda el agua del mar en este agujero que intentar meter el misterio de la Trinidad en tu cabeza”.

El santo irlandés, San Patricio, para explicar este misterio lo comparaba con una hoja de trébol. Decía que cada hoja es diferente, pero las tres forman el trébol, y que lo mismo pasa con Dios donde cada persona es Dios y forman la Santísima Trinidad.




domingo, 27 de mayo de 2018

HOY ES LA SANTÍSIMA TRINIDAD, DOMINGO 27 MAYO 2018

Hoy  celebramos la Solemnidad de la Santísima Trinidad, el misterio del amor de Dios
Redacción ACI Prensa





La Santísima Trinidad, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, tres personas un solo Dios verdadero, es la solemnidad litúrgica que la Iglesia Universal celebra hoy.

El Papa Francisco en 2013 al explicar a unos niños las tres personas de la Santísima Trinidad les dijo que “el Padre crea el mundo, Jesús nos salva ¿y el Espíritu Santo qué hace? Nos ama, nos da el amor”.


El misterio de la Trinidad no se puede entender precisamente porque es un misterio, Santa Juana de Arco afirmaba que “Dios es tan grande que supera nuestra ciencia”, por tanto supera el entendimiento humano.

En una oportunidad San Agustín caminaba por la playa cuando observó a un niño que hacía un hoyo en la arena, y el santo le preguntó qué intentaba hacer, el niño le dijo que pensaba meter toda el agua del mar en ese hoyo.

San Agustín, admirado, le dijo: “pero ¡¿no te das cuenta que es imposible?!”, el niño le contestó que “es más posible meter toda el agua del mar en este agujero que intentar meter el misterio de la Trinidad en tu cabeza”.

El santo irlandés, San Patricio, para explicar este misterio lo comparaba con una hoja de trébol. Decía que cada hoja es diferente, pero las tres forman el trébol, y que lo mismo pasa con Dios donde cada persona es Dios y forman la Santísima Trinidad.

ORACIONES A LA SANTÍSIMA TRINIDAD


Himno a la Santísima Trinidad


¡Dios mío, Trinidad a quien adoro!,
La Iglesia nos sumerge en tu misterio;
te confesamos y te bendecimos,
Señor Dios nuestro.

Como un río en el mar de tu grandeza,
el tiempo desemboca en hoy eterno,
lo pequeño se anega en lo infinito,
Señor, Dios nuestro.

Oh, Palabra del Padre, te escuchamos;
oh, Padre, mira el rostro de tu Verbo;
oh, Espíritu de amor, ven a nosotros;
Señor, Dios nuestro.

¡Dios mío, Trinidad a quien adoro!,
haced de nuestros almas vuestro cielo,
llevadnos al hogar donde tú habitas,
Señor, Dios nuestro.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu:
Fuente de gozo pleno y verdadero,
al Creador del cielo y de la tierra,
Señor, Dios nuestro.

Amén.

(1as Vísperas de la Solemnidad de la Santísima Trinidad.)



Oración a la Santísima Trinidad



La Santísima Trinidad es el misterio de un sólo Dios en tres personas. El hombre debe inclinarse con respeto ante ese misterio sublime y creerlo sin procurar profundizarlo, porque se halla por encima de la luz de su razón.

La Santísima Trinidad es el misterio fundamental de nuestra religión. En su nombre hemos sido bautizados. La señal de la cruz nos la recuerda, y el sacerdote, en el altar, la invoca para terminar todas sus oraciones. En su nombre somos absueltos en el tribunal de la penitencia, y en su nombre, se renueva todos los días, en nuestros altares, el sacrificio del Calvario.

La Santísima Trinidad es, además, prenda de nuestra felicidad eterna: Dios mismo será nuestra recompensa si hemos guardado su ley.
Santo, Santo, Santo, es el Señor, Dios de los ejércitos. Llenos están los cielos y la tierra de su gloria.

Os adoro, Dios tres veces santo, Padre, que nos habéis creado, Hijo que nos habéis, redimido con vuestra sanare, Espíritu Santo, que nos santificáis con las gracias que nos concedéis todos los días. Haced que guarde en mi alma vuestra semejanza o imagen, a fin de que, un día, me reconozcáis y reine con vos en la eternidad.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Así sea.

(Texto de una estampa religiosa de finales del siglo XIX)





Oración a la Santísima Trinidad de San Luigi Orione



Oh Santísima Trinidad,
Padre, Hijo y Espíritu Santo.

Te adoramos y te damos gracias
por la inmensa caridad
que has infundido en el corazón
de San Luis Orione
y por habernos dado en El
al apóstol de la caridad,
al padre de los pobres,
al bienhechor de la humanidad
dolorida y desamparada.

Concédenos imitar
el amor ardiente y generoso que San Luis Orione
ha mostrado hacia Ti, la Santísima Virgen María,
la Iglesia, el Papa y todos los afligidos.

Por sus méritos e intercesión,
concédenos la gracia que te pedimos
para experimentar tu Divina Providencia.
(pidamos confiadamente la gracia que deseamos alcanzar)

Gloria al Padre...

(rezar tres Glorias a la Ssma. Trinidad)



Oración a la Santísima Trinidad de la Beata Isabel de la Trinidad



Dios mío, Trinidad que adoro,
ayúdame a olvidarme
enteramente de mí mismo
para establecerme en ti,
inmóvil y apacible
como si mi alma estuviera
ya en la eternidad;
que nada pueda turbar mi paz,
ni hacerme salir de ti, mi inmutable,
sino que cada minuto me lleve más lejos
en la profundidad de tu Misterio.

Pacifica mi alma.
Haz de ella tu cielo,
tu morada amada y el lugar de tu reposo.

Que yo no te deje jamás solo en ella,
sino que yo esté allí enteramente,
totalmente despierta en mi fe,
en adoración, entregada sin reservas
a tu acción creadora.

Amén

IMÁGENES DE LA SANTÍSIMA TRINIDAD










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